Invocación Para Recibir a un Nuevo Socio
Compañero; Has sido admitido como socio de tu Club Rotario. Desde hoy perteneces a una gran familia esparcida por el mundo.
Te recibimos con la alegría con que se espera al viajero por muchos años ausente.
Llegas a una casa que nada esconde dentro de sus muros de cristal y desde donde puedes contemplar el sol y las estrellas, pues tu techo es a cielo abierto.
Eres el bienvenido a quién nadie preguntará de que país llegas, ni quién es tu Dios.
No encadenamos tu conciencia con juramentos, ni hay ceremonias ni ritos secretos.
Has transpuesto el umbral de esta casa por tu albedrío. Ningún voto te retendrá. Eres y serás libre. Más, tu libertad termina cuando de servir se trata.
Servir es nuestro ideal, que no es servidumbre: es amar al prójimo, es dar sin esperar y ser útil a los demás, es dignificar tu profesión y engrandecer a tu comunidad para que ella se sienta orgullosa de tu ciudadanía. Es lealtad y amor a la patria, comprensión y entendimiento universal por el conocimiento y amistad de los hombres sin distinción de razas ni credos.
Tu conducta y tu actitud mental como Rotario, no te obligarán a dar el pan de tu mesa ni el agua de tu cantimplora, sino a trabajar para que el horno y la fuente den para todos. No precisas que te despojes de tu capa para abrigar al desnudo. Has que la rueca y el telar produzcan más y para todos.
Has ingresado a la Universidad que te ofrece más amplios horizontes para el cultivo de tu espíritu y la práctica de la bondad que llevas en el corazón.
El mundo está a tus pies, el Dios de todos los hombres y de todos los tiempos está contigo. Acércate y aseméjate a Él.
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