miércoles, 30 de noviembre de 2011

Reflexiones del Secretario Distrital

Apreciados amigos:
Los saludo cordialmente y les envio 4 artículos que son reflexiones gerenciales de Organizaciones Exitosas llevadas al medio rotario. El propósito es incidir en la fortaleza de la amistad como soporte del Cuadro Social. Espero  alguno de estos artículos  puedan ser reproducidos en los boletines de vuestros clubes,
Atentamente,
César Mosquera M.
Secretario DTTO 4380 RIEL

 CLARIN DE CANTERAC
Era la Batalla de Junín el espacio propicio para enaltecer el fulgurante registro de victorias del General realista Canterac. A media batalla el heroico general patriota argentino, Necochea, veía con recelo  que había que pensar en retirada, un clarín orientaba a las huestes españolas la dirección de ataque de las tropas, a la derecha, izquierda, al frente su trepidar era incesante tanto como el acierto de sus  señales. Tornase tan trascendente el sonido del clarín que la impotencia consumía a Necochea y Miller. Herido y caído en el campo el primero solicitó al  Capitán Hernán:
               - Capitán, déjeme morir; pero acalle antes ese clarín.
El sargento realista Soto tomó prisionero a Necochea y lo llevaba prisionero a la grupa de su caballo. El sol de los incas eclipsaba y la estrella de Bolívar palidecía.
 De pronto el sonido del clarín cesó. ¿Qué había pasado?
Un escuadrón patriota de novatos reclutas había quedado rezagado, abandonado a su suerte  y había sido ignorado por los españoles empeñados en tomar a Necochea enfilando su persecución hasta prenderlo. Los reclutas aprovechando el descuido cargaron por el flanco y retaguardia sorprendiendo a los engreídos  ibéricos restableciendo la batalla a un nivel de igualdad que ya era                                                                             ganancia patriota.
Necochea  increpa a sus captores  y se reincorpora enrostrando al valeroso sargento Soto:
         -  ¡Victoria por la patria!  ¡Ustedes  están derrotados! – Ya no se oye el clarín de Canterac…
La victoria era patriota y Necochea rescatado. Un jefe de campo gritaba cerca a Bolívar:
           - ¡Vivan los Húsares de Colombia! Aludiendo al ego del Libertador.
           - ¡La pinga..! ¡Vivan los Húsares del Perú!
El capitán Hernán en lealtad al General argentino, aprovecho la confusión realista, tomó para sí como objetivo la captura del clarín español y lo busco hasta acallarlo.  Preso lo llevó ante Necochea quien sentenció:
       -¡Que lo fusilen!  - O que se meta a Fraile, completó Necochea ante la mirada de la soldadesca.
       - Mi general me haré fraile-contestó rápidamente el clarín prisionero.
       - ¿Me empeñas tu palabra? – insistió Necochea
          - La empeño, mi general…           
    Necochea le dio la libertad una capa y su sayo. Al clarín luego se le vería en Bogotá de  Fraile en
    el convento de San Diego, se le conoció como <<el padre TENA>>.

LA SUERTE INCAICA EN EL AJEDREZ
Cuenta una tradición que estando preso el Inca Atahualpa. Por allá en 1532, Pizarro, Almagro y  Hernando de Soto, pasaban tardes aburridas en espera de refuerzos de la corona, que nunca llegaron. Jugaban bolos y ajedrez. Era Atahualpa objeto de consideraciones y observaba las partidas de ajedrez que se jugaban sobre una madera burdamente pintada y con figuras de barro hechas por los mismos indios. En una de las largas partidas de Soto con el capitán Riquelme y ante la posibilidad de mover, Soto, mal una pieza, Atahualpa le tocó el hombro y le sugirió:
                - No capitán .no… ¡El castillo!
Soto meditó el consejo del Inca y acertó a mover la torre, con lo que en pocas jugadas más dio al traste con la posible victoria de Riquelme.
La anécdota sirvió para que Soto jugase una sola partida vespertina con  Atahualpa y por consideración le cedía las piezas blancas. Atahualpa siempre se excusó de jugar con otros españoles y diplomáticamente se excusaba de hacerlo, con el argumento de su falta de experiencia. Más Riquelme nunca olvidó el mate que le propició Soto  por conseja de Atahualpa. No pasaría mucho tiempo para qué el Inca le ganase las primeras partidas a Soto.
Cuando se fue a decidir la suerte y la vida del inca Atahualpa, Pizarro puso a deliberar a 24 de sus “connotados” guerreros. Atahualpa fue condenado a muerte por 13 votos contra 11. Uno de los votos era de Riquelme. Un empate hubiera salvado al Inca de la muerte.
El sucesor por “legitimación “española de Atahualpa fue Inca Manco. Pizarro y Almagro se enemistarían y Almagro fue a refugiarse en los andes. Donde el Inca Manco en rebeldía y con suficientes hombres se había hecho fuerte y nunca pudieron vencerlo. Pues en las siempre aburridas tardes andinas, Inca Manco aprendió el Ajedrez y se hizo un competidor fuerte. Más consciente de su investidura quiso imponer un movimiento de pieza no muy claro a su rival, el español, Gómez Pérez. Este hombre era un soldado de malas pulgas y exclamó:
    -¡Mira, capitán Diego con lo que me sale este indio puñetero...!
El inca entendió el insulto y abofeteó a Gómez, más este en abuso de su posición sacó un puñal y le aplicó 3 certeras punzadas que acabaron con la vida del Inca. Los caciques y sus hombres tomaron venganza y destriparon a Gómez y cuanto español convivía con ellos en las alturas de Vilcabamba.

INOCENTES PARVULITAS
Eran costumbres arraigadas, en la Lima en tiempos de independencia,  las celebraciones de “Santos Inocentes”. Desde tiempos aciagos, como testimonio de la barbarie cometida por Herodes de pasar por la navaja más de 140.000 párvulos, todos en época de destete,  con el único propósito de capturar al Mesías.
Estando Bolívar en Lima era  normal que el Libertador recibiere regalos de damas y varones, lo que se veía normal ante la presencia del Genio de América.     Pues el general Bolívar no desperdiciaba ocasión para los galanteos. Eran días en los que Bolívar estaba empezando a almorzar y un  indiecito, de los muchos que llegaban con obsequios,  se planto ante la presencia del Grande hombre, con una sopera entre las manos  y exclamó:                                                                                               
                   - Mis señoritas, las Calvimontes, le envían este <<chupe de leche para el almuerzo>> 
Las Calvimontes eran 2 hermanas, hermosas, hijas de una de las más rancias familias españolas. Bolívar no desperdiciaba ocasión para enviarle señales de simpatía y donjuanismo.
                   - Di a tus patronas que estimo el  esfuerzo-¡Coronel, un par de pesos a este muchacho!
                 Se retiró el indiecito más feliz que unas pascuas. EL Libertador empezó el almuerzo y le tocó el turno a la sopera, pero no contenía sopa ni alimento alguno sino un prendedor adornado con flores de Oro. En el fondo de la sopera había una nota escrita, al leerla detenidamente el rostro del Libertador palidecía y al terminar estrujó la nota y salió de la sala con la firme decisión de abandonar Lima.
                   Dese Chuquisaca mando devolver el prendedor. Véase la última parte de la nota que enfureció a Bolívar:
                  <<auséntate, no profanes,
                     Este túmulo de amor<<
                     Una punzante décima había enfurecido a Don Simón y vio en la nota actitudes y un rechazo abierto, arrogante, poco gentil y no propio de jovencitas.  El amor propio de Don Simón no tardaría en recuperarse e incursionar con la intensidad de siempre sus democráticas apetencias, pues le daba igual bonitas que feas, y no despreciaba gordas, flacas de buena o mala conversa.                                                                                                    
                                                                                     
                                                                             

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